El budismo incluye el concepto de los cinco colores (pancha-varna en sánscrito). Estos colores, profundamente arraigados en la simbología budista, no son solo estéticamente significativos sino que también poseen un profundo «buda significado colores», cada uno representando aspectos diversos de la enseñanza y la práctica espirituales. Los colores son el blanco, el amarillo, el rojo, el azul y el verde.
En el Tantra Chandamaharosana:
- El negro simboliza la matanza y la ira
- El blanco denota descanso y pensamiento
- El amarillo representa la restricción y la nutrición
- Rojo para el sometimiento y la convocatoria
- El verde significa exorcismo
La enumeración de los colores puede cambiar, pero el número sigue siendo cinco.
Los cinco Budas trascendentales, cada uno asociado con un «color representativo del budismo», son una manifestación vívida de estas enseñanzas. Son la personificación de los aspectos abstractos de la Budeidad y están cada uno dotados de un color diferente en sus sadhanas:
- Vairochana – Cuerpo blanco
- Ratnasambhava – Cuerpo amarillo, cuyo «buda amarillo significado» es la opulencia y la fertilidad en la tradición budista
- Akshobhya – Cuerpo azul, conocido como «buda celeste significado», simbolizando la profundidad de la sabiduría
- Amitabha – Cuerpo rojo
- Amoghasiddhi – Cuerpo verde
Se dice que cada uno de estos cinco Budas y sus colores asociados promueven el proceso de transformación por el cual los delirios humanos específicos se convierten en cualidades positivas.
Específicamente se cree que meditando en los colores individuales, que contienen sus respectivas esencias, se puede lograr la siguiente metamorfosis, que reflejan los «colores de budas significado»:
- El blanco transforma el engaño de la ignorancia en la sabiduría de la realidad
- El amarillo transforma el orgullo en la sabiduría de la igualdad
- El azul transforma la ira en sabiduría como un espejo
- El rojo transforma la ilusión del apego en la sabiduría del discernimiento
- El Verde transforma los celos en la sabiduría de la realización
Por lo tanto, encontramos que el antiguo pensamiento budista ponía mucho énfasis en el significado espiritual de los colores, lo que naturalmente influyó en el desarrollo y la práctica de la estética budista.
Una investigación más profunda sobre los cinco colores nos lleva al Mahavairochana-Sutra, que establece que un mandala, el símbolo por excelencia del budismo tibetano, debe ser pintado en cinco colores. Prescribe además que se debe comenzar en el interior del mandala con el blanco y seguir con el rojo, amarillo, azul y negro.
El Chakrasambhara-tantra prescribe que las paredes de un mandala deben ser pintadas en cinco colores y deben mantener el orden del negro en el interior seguido por el blanco, amarillo, rojo y verde.
En ciertos mandalas, las cuatro direcciones dentro del palacio están indicadas por diferentes colores. El este está indicado por el blanco, el oeste por el rojo, el norte por el verde y el sur por el amarillo, mientras que el centro está pintado de azul.
El Kalachakra-tantra, sin embargo, prescribe un esquema de color completamente diferente para indicar las diferentes direcciones: el color negro indica el este, el amarillo el oeste, el blanco el norte y el rojo el sur.
Cualquiera que sea la asociación de color con las direcciones, el círculo protector de un mandala suele estar siempre dibujado en rojo.
La referencia a los cinco colores se ha hecho también en un contexto totalmente diferente, a saber, el proceso de purificación y potenciación de los órganos de los sentidos.
Esto ocurre durante la meditación de la diosa Tara:
- Blanco para los ojos
- Azul para las orejas
- Amarillo para la nariz
- Rojo para la lengua
- Verde para la cabeza
En una espectacular visualización, la tradición tibetana afirma que el zumbido de la sílaba (parte de Om Mani Padme Hum), aunque de color azul, irradia cinco colores diferentes. El punto (gota) de la media luna debe ser azul, la media luna es blanca, la cabeza es amarilla, la sílaba «ha» es roja y la vocal «u» es de color verde.
Los cuatro elementos aire, fuego, agua y tierra también se identifican en el Kalachakra-tantra con cuatro colores diferentes: azul (o negro), rojo, blanco y amarillo, respectivamente.
Estos cuatro elementos se representan además como semicirculares, triangulares, circulares y cuadrados respectivamente.
Esto es un precursor de la imaginería tántrica donde el color y la geometría (no mutuamente excluyentes) son los bloques de construcción básicos que componen todo el edificio del simbolismo tántrico.